«Tanto La niña (2016), como Piantao (2014) o No dejaré memorias (2012) poseen en común una larga labor de documentación, búsquedas de archivo, entrevistas en profundidad y, en los tres casos, una tarea acometida en gran parte fuera de fronteras».
«Cualquiera de esos tres títulos puede constituir un buen comienzo que tarde o temprano conducirá a la lectura de los restantes», afirma Agustín
Courtoisie en un extenso pero disfutable reportaje a Ruperto Long realizado para la Revista Relaciones.