El martes 26 de julio, en el Anexo de Torre Ejecutiva, se realizó el lanzamiento de la edición 2022 del Laboratorio de Economía Circular (LABEC), dirigido a mipymes de alimentos, con el fin de impulsar modalidades de consumo y producción sostenibles en cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las empresas interesadas ya pueden registrarse para participar del LABEC 2022.
Esta iniciativa se estructura en dos grandes etapas, la primera orientada a la capacitación y la segunda al desarrollo de iniciativas concretas, en esta oportunidad con el foco en mipymes formalmente establecidas del sector manufacturero de alimentos y eslabones productivos asociados.
La etapa de capacitación consta de nueve instancias virtuales de una hora y media de duración, en las que se expondrán los lineamientos generales sobre los ODS, el ODS 12 y los principios de la economía circular, y se aportarán los conceptos y herramientas para implementar los principios de la economía circular en el ámbito de las empresas.
Luego de las instancias de capacitación, se seleccionarán empresas que postulen una idea, problema o línea de trabajo a desarrollar o profundizar y se comprometan a dedicar el tiempo y los recursos humanos necesarios para la etapa de desarrollo. En la selección se priorizarán ideas que tiendan al logro de sistemas de producción y consumo responsable, y desarrollen soluciones que aporten valor circular mediante la reducción, la reutilización o el reciclado de materiales.
En el lanzamiento el ministro de Ambiente, Adrián Peña, destacó la importancia de la economía circular para el Poder Ejecutivo, a través de su cartera y de otros ministerios, y enfatizó en la necesidad de “trabajar mucho más por el emprendedurismo” desde las distintas herramientas con las que cuenta el país. “La estrategia de economía circular nos convoca a una mirada nacional, una mirada única”, sostuvo el jerarca.
En esta instancia, participaron también el subsecretario de Industria, Energía y Minería (MIEM) y punto focal de PAGE en Uruguay, Walter Verri; el representante residente adjunto del PNUD, Gabriel Bottino; el presidente del LATU, Ruperto Long; un representante de la CIU, y el presidente del CTplas, Agustín Tassani.
El subsecretario del MIEM, expresó que “la economía circular nos requiere ser complementarios, desde las capacidades de cada institución, y eso se refleja en este laboratorio, conjugando también esfuerzos con el sector privado y la cooperación”.
Sobre el LABEC
El LABEC es un espacio creado de manera interinstitucional, con el apoyo de PAGE Uruguay. Está integrado por el Ministerio de Ambiente (MA), el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), el Centro Tecnológico del Plástico (CTplas) e ImpulsaLab.
Busca actuar como catalizador de iniciativas público-privadas que contribuyan al logro de los ODS, desde el enfoque de la economía circular, con énfasis en el ODS 12, «Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles», y sus metas, en particular la meta 5, «De aquí a 2030, reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización». Trabaja con una adaptación local de la metodología SDG Accelerator, creada en el marco del PNUD para acelerar y maximizar los procesos de gestación y concreción de ideas empresariales para alcanzar los ODS. La primera edición del LABEC fue en el año 2020, cuando se llevó adelante una experiencia piloto en la que participaron empresas de distintos sectores interesadas en la implementación de estrategias de economía circular. La convocatoria 2022, por su parte, está dirigida a mipymes formalmente establecidas del sector manufacturero de alimentos y eslabones productivos asociados, en particular del interior del país.
El agradable clima del 20 de julio acompañó una sala colmada de público en un maravilloso evento organizado por Combating Antisemitism Movement, y Mario Branmick, Apostol y Presidente de LCI para celebrar la unión entre judíos y cristianos. El orador estrella fue Jimmy Morales, ex Presidente de Guatemala.
Fue una jornada de mucha espiritualidad interreligiosa. Estaban presentes los dirigentes comunitarios de instituciones como el Comité Central Israelita, la Kehilá, la NCi, el KKL, la Comunidad Sefaradí y muchas otras. El Rabino Max Godet y su colega Daniel Dolinsky estaban sentados frente el escenario en el que se cantaron los himnos de Uruguay y de Israel. Se cantaron canciones para mí desconocidas, pero entonadas con entusiasmo por los hermanos evangélicos.
Estuveron presentes Ruperto Long, presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay, y los diputados Álvaro Dastugue y Pedro Jisdonian.
Hicieron uso de la palabra una larga lista de oradores: Mario Branmick, Apostol y Presidente de LCI, Shay Salomon de Combating Antisemitism Movement, Yosef Levi Sfari de la Embajada de Israel, el vice Ministro de Medio Ambiente Gerardo Amarilla, Ellie Cohanim, que trajo saludos del Congreso Judío Mundial y por último el ex Presidente de Guatemala Jimmy Morales. Se contó con el honor de que estuviera Saúl Gilvich en la lista de oradores, Vice Presidente del Congreso Judío Mundial.
Escuchar en pocos días dos veces hablar a Jimmy Morales es un regalo de Dios. Sentir el amor que profesa por Israel y como lo convirtió en acción, me llena de orgullo como judía. El camino de retorno de la Embajada de Guatemala a Jerusalem no fue sencillo, pero aún contra el consejo de sus asesores se transformó en tarea cumplida. Jimmy Morales habló del derecho de Israel a decidir dónde establecer su capital y comentó que en su país, la capital cambió de lugar varias veces por temas climáticos.
Recordó a los cancilleres de Guatemala, Jorge García Granados y de Uruguay, Enrique Rodríguez Fabregat que fueron muy trascendentes en el reconocimiento del Estado de Israel en 1948.
El público disfrutó del Grupo de danzas israelíes Hatzmait de la NCI y grupo de danzas israelíes Naguia de la Kehilá.
Fue una noche memorable de confraternidad y espiritualidad.
por Ana Jerozolimski / Publicado el 10 de Julio de 2022
Conversando sobre la presentación de «La niña que miraba los trenes partir», en hebreo
Aunque la semana pasada publicamos una corta entrevista con Ruperto Long realizada un rato después de la presentación de “La niña que miraba los trenes partir” en hebreo en la editorial “Tésha Neshamót” de Uriel Kon, le pedimos que ya con un poco más de tiempo, de regreso en Montevideo, responda a algunas preguntas más. Esta fue el diálogo mantenido.
P: Aunque ya hemos compartido con los lectores algo de tu sentir con la presentación del libro, ahora que ya no estás en Israel, habiendo transcurrido unos días y quizás decantado emociones… ¿cómo resumirías lo que significó presentar “La niña que miraba los trenes partir” en hebreo en Israel? Recordemos que ya ha sido traducido a varios idiomas y ha sido presentado en no pocos países… Entonces ¿dónde se ubica Israel?
R: Israel se ubica muy cerca del corazón de los protagonistas y del autor. Por eso siempre sentimos, desde que se comenzó a hablar de la traducción al hebreo, que la publicación en Israel le agregaría una dimensión especial, única. La inmensa mayoría de los lectores israelíes son personas que han vivido en sus familias historias similares. Que se puedan ver representados en el libro, para mí es algo muy conmovedor. Y en ese sentido me ha sorprendido gratamente, en los días vividos en Tel Aviv, cuántas personas que habían leído el libro en otros idiomas se me acercaron y me dijeron que los había emocionado. Eso me llegó mucho. Les estoy profundamente agradecido. Y tengo la ilusión que quienes lo lean de ahora en más sientan lo mismo.
P: Charlotte Grunberg, “la niña” estuvo presente junto a su familia a través de zoom, siguiendo todo junto a ti. Y creo que era muy emocionante que su sobrino Michel, hijo de su hermano mayor Raymond que también se había escondido en roperos para salvarse, haya estado en las presentaciones. Siempre pensé que la descendencia de los sobrevivientes, el que hayan podido formar familias después del horror, es la mejor venganza contra los nazis, aunque no me gusta nunca el término. ¿Cómo ves esta dimensión?
R: Es el triunfo de la vida sobre la muerte, de la luz sobre la oscuridad. Charlotte continúa con su enorme vitalidad, siempre con nuevos proyectos e ilusiones. Un ejemplo de vida. Muchas personas en Uruguay ahora la llaman “La niña”, y eso de algún modo refleja esa extraordinaria cualidad que ella posee sobremanera, lo que el Maestro Luis Barragán llamaba “el arte de mirar con inocencia”. Raymond, quien partió no hace tanto y al que tuve el gusto de conocer, también era un ser lleno de vida. Ambos formaron bellas familias, al igual que sus hijos, personas queridas y respetadas. ¿Es posible imaginar una respuesta más contundente, más definitiva, a quienes predicaban el desprecio y auguraban la inminencia de una “solución final”? A quienes, por otra parte, hoy solo se los recuerda como arquetipos de la barbarie y del mal.
Homenaje a los voluntarios uruguayos
P: Como bien destacó Uriel Kon, el editor, una singularidad del libro es que polifónico, combina varias historias y voces a la vez…Y lo emocionante es cuando se entrelazan. Yo quisiera detenernos en la historia del voluntario uruguayo Domingo López Delgado a quien conociste y el rol que cumplió en la lucha contra los nazis. ¿Qué podés contar? Y quizás cosas que no salieron en el libro.
Domingo López Delgado, un valiente uruguayo que luchó por la libertad, contra los nazis
R: Domingo López Delgado era un hombre de leyenda, a quien conocí cuando tenía 96 años y una memoria prodigiosa. De su mano viajé en el espacio y en el tiempo hasta el norte de África, al pleno corazón del Sahara, y a las batallas de Bir Hakeim y El Alamein, verdaderos puntos de inflexión de la Segunda Guerra. Gracias a sus relatos conocí al legendario comandante georgiano de la Legión Extranjera Dimitri Amilakvari. Y aún recuerdo bien la emoción de su hija, Thamara Amilakvari, cuando en París le leí las memorias de Domingo donde decía: “para nosotros fue como un padre”.
También supe que junto con ellos estaba la única mujer que ha integrado la Legión Extranjera a lo largo de la historia, la mítica británica Susan Travers. Y del alboroto que se generaba entre los combatientes latinoamericanos cada vez que Susan se paseaba por el campamento… Claro que para contarme esto último aguardaba a que su esposa Tona, de 92 años, fuera a buscarnos un tecito a la cocina y quedáramos solos.
P: Qué anécdota…sabía que también a los 92 años ella se podía poner celosa. Hermoso. ¿Cómo fue tu investigación del tema de los voluntarios uruguayos? ¿Qué aprendiste que puedas compartir con los lectores?
R: Aprendí que las ansias de libertad no conocen fronteras. Y sentí orgullo al ver compatriotas, de los orígenes más diversos, que en el momento más difícil de la guerra, cuando las victorias eran todas de un solo lado, decidieron cruzar el océano y enrolarse junto a ingleses y franceses para defender valores en los que creían, arriesgando sus vidas para frenar el totalitarismo que arreciaba en el mundo.
P: ¿Y dónde se conectaron sus historias con las de la tierra de Israel?
R: Es que cuando uno se sumerge en las investigaciones, muchas veces descubre hechos increíbles. El batallón de la Legión Extranjera que integraba Domingo López Delgado -así como varios otros uruguayos y latinoamericanos-, combatió ni más ni menos que en el sitio de Bir Hakeim a pocos metros de la Brigada Judía comandada por el mayor Félix Liebmann, de Tel Aviv. Ocasión que algunos sostienen que fue la primera vez que ondeó la bandera con la estrella de David en un campo de batalla.
Y fue ese mismo batallón de la Legión que, luego de desembarcar en Francia por el sur, cerca de Marsella, liberó de los nazis numerosos pueblitos de montaña, sobre todo en el Macizo de la Chartreuse, rescatando muchas personas de origen judío escondidas allí.
Historias personales que se juntan
P: Impresionante cómo confluyen las emociones a puntos simbólicos en la historia…Ruperto, todo esto empezó con la historia de Charlotte, pero luego se fueron agregando las otras. ¿Cómo se maniobra entre el personaje que te inspiró a escribir y las otras historias que fuiste conociendo? ¿En algún momento creíste que el hilo central tendría que cambiar?
R: No, nunca tuve dudas que la historia central nacía de esa niña, Charlotte, un nombre perfumado de enigmas, una historia casi perdida en la voracidad de la guerra. Y, sin embargo, una historia llena de luz, de vida, de sueños, de emociones, de circunstancias casi increíbles… si no fuera porque son ciertas.
Pero es verdad que su tío Alter, el voluntario Domingo, el comandante Dimitri, y muchos otros personajes, le aportan a la historia la necesaria diversidad y complejidad, de un tiempo que no puede reducirse a una historia lineal, que no puede escribirse en blanco y negro, que requiere muchos matices de variados colores.
A modo de resumen
P: ¿Es muy simplista preguntarte qué es lo que más te ha emocionado de todo esto, desde la investigación, publicación y luego las presentaciones del libro?
R: Muchas cosas, por supuesto. No es sencilla la respuesta. Y frente a esta pregunta no quiero dejar de mencionar la sensibilidad y el compromiso demostrado por el Embajador de Uruguay en Israel Bernardo Greiver con este proyecto en Israel.
Pero si debo destacar algo, diría que lo que más me emociona es cuando llego a un lugar, digamos el Ateneo de Venezia, o una universidad en Tegucigalpa, o el Centro Sefarad en Madrid, o una librería de Quito, o una sinagoga en Miami, o una librería en pleno Tel Aviv, un liceo en Carmelo o una biblioteca en Villa Rodríguez, y así podríamos seguir, y alguien -a quien no conozco- me estrecha en un abrazo y me cuenta todo lo que sintió al leer el libro. ¿Cómo no emocionarse? En esos casos, como dice el tango, “se me pianta un lagrimón” …
P: Y a los lectores, esta periodista incluida, se les piantó varios con la lectura. ¿Algo te ha sorprendido?
R: La fuerza de la literatura para comunicarnos, de corazón a corazón, por encima de barreras geográficas, culturales, idiomáticas o religiosas. Una cosa es decirlo, y otra vivirlo en carne propia. Quizás sea una manera de confirmar, una vez más, que entre seres humanos solo cabe la tolerancia y el respeto por los demás.
P: ¿Fue muy distinto venir a Israel para algo así, tras 13 viajes como figura pública amiga de Israel?
R: ¡Por supuesto que sí, fue muy distinto! En mis viajes anteriores fui conducido por mis convicciones y valores, que me llevan a admirar la historia de Israel, o por mi afán de aprender de un país que -en muchos aspectos- considero debe ser un referente para nosotros. En esta ocasión fui conducido por la emoción. Por historias que nos conmueven y nos acercan. Y que mi relato de algunos de estos hechos sea valorado en Israel -al punto de ser traducido y publicado en hebreo-, precisamente por quienes fueron protagonistas centrales de estas y otras historias similares, es un tremendo sacudón emocional. Y un inmenso honor.
P: Ruperto queridísimo, gracias por esta nueva entrevista, por toda la emoción y seriedad que pusiste en este libro que tanto ha significado para tanta gente. Pienso leerlo nuevamente, esta vez en hebreo. Seguro será otra forma singular de revivir la historia de la niña y de todos aquellos que se entrelazaron con la suya. Y que sigas cosechando éxitos con historias que tocan el corazón.
«Tuvo más que suerte que varios millones, logró salvarse junto a su familia, mientras la Shoá diezmaba a los suyos. La huida comienza en Bélgica, pasa por Francia y termina en Uruguay. Ese peregrinaje de privaciones, ese vivir escondida en un ropero, de sentir el olor del miedo y de la muerte, del hambre, transcurre paralelo al amor y a los deseos de vivir. Lo cuenta en el libro «La niña que miraba los trenes partir», escrito por Ruperto Long, escritor y político uruguayo».
El martes 28 de junio se presentará en Tel Aviv, la primera edición en hebreo de «La niña que miraba los trenes partir»; el penúltimo libro del ingeniero, político y escritor Ruperto Long.
El 26 de mayo, coincidiendo con el Día Nacional del Libro, el ingeniero, político y escritor Ruperto Long presentó su último libro; “Éramos tres niños perdidos en la niebla”, en la sede del Yacht Club del Puerto del Buceo. Fue un día inhóspito, pero aun así, el salón del primer piso del club se vio colmado de amigos, socios de la institución; amigos, conocidos y familiares del destacado escritor. Sus conmovedores relatos calaron hondo en los asistentes. Era esperable, porque la emotiva narrativa de Ruperto Long contó con la participación especial del Ing. Alejandro Landman (Alex; protagonista del libro), sobreviviente del Holocausto, quien conmovió al público con innumerables anécdotas que forman parte de su vida. El autor realizó la presentación junto al Director Editorial de Pengüin Random House en Uruguay, Julián Ubiría. Entre los asistentes se encontraban autoridades de varias instituciones. Entre ellos, el Subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente, Gerardo Amarilla; el Presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, Alfredo Antía; la Alcaldesa del Municipio CH de Montevideo, Matilde Antía; y del Director del Laboratorio Tecnológico del Uruguay, Gabriel Murara Integrante del Directorio del Laboratorio Tecnológico del Uruguay. Institución que el Ing. Ruperto Long se encuentra presidiendo por segunda vez. Algunos socios colaboradores del Yacht Club del Puerto del Buceo cooperaron intensamente para que el evento, cubierto por los canales 4 y 12, fuera un éxito. Entre ellos, Mercedes Menafra, Mirtha Aiello y Gustavo Padula. Al finalizar la presentación, el público tuvo la oportunidad de compartir una copa de vino y un copetín con el autor de «Éramos tres niños perdidos en la niebla», el protagonista del libro y el Director Editorial de Pengüin Random House Uruguay. Ruperto Long firmó varios ejemplares de su libro, que los asistentes habían comprado minutos antes a la librería Isidora, que había instalado allí un stand.
Acuerdo UM-Latu: Ruperto Long respalda el vínculo entre público y privado: «se deben eliminar esas barreras e interesarse por el otro, sin importar la naturaleza de la institución», afirmó
Juan Manuel Gutiérrez, Rector de la UM, Luis Lacalle Pou y Ruperto Long al inaugurar la Facultad de Ingeniería de la UM en el LATU. Foto: UM
Para el presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu), Ruperto Long, la instalación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Montevideo en el parque tecnológico es un avance muy importante, no solo para el LATU sino para el país, según expresó, por tratarse de una facultad de Ingeniería, centro que considera un factor clave para el desarrollo del polo.
La nueva sede de esta facultad se inauguró el 29 de abril con la presencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y otras autoridades del gobierno, entre ellos la vicepresidenta Beatriz Argimón, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini. El edificio había comenzado a construirse en 2021, a partir de un acuerdo firmado entre la Universidad de Montevideo (UM) y el Latu. La instalación comprende tres pisos, con 13 aulas amplias, cuatro laboratorios, una biblioteca, salas de profesores, espacios de recreación y estudio, y una capilla. Lacalle cortó la cinta inaugural, aunque no brindó declaraciones a la prensa.
Quien sí hizo declaraciones a la prensa fue Long quien, entre otras cosas, expresó que su idea es que la UM “siga adelante y se expanda”, pero que le gustaría que otras universidades del país se incorporen al predio: “queremos alentarlas todo lo que podamos”, dijo.
Consultado por Sala de Redacción acerca de si se ha realizado alguna acción para instalar en el parque tecnológico a las demás universidades, Long respondió que “es más que nada un deseo”, porque si bien ha habido contactos, no se ha podido concretar nada. En cuanto a si la instalación de la facultad de la UM generará diferencias importantes en la formación académica con respecto a las demás instituciones, Long planteó que sin dudas los estudiantes de la UM recibirán un plus al estar instalados en un parque tecnológico, pero que “si eso se traduce en una diferencia sistemática entre una universidad y otra, depende de qué otras cosas se hacen en otros lados”.
Ante las críticas que generó la instalación de un centro privado en una organización del derecho público no estatal, Long manifestó que el Latu está abierto a todas las instituciones educativas. Recordó, además, que ya cuenta con centros de UTU y de la Universidad Tecnológica (Utec), y afirmó que la mezcla de interacciones públicas y privadas es positiva, porque “se deben eliminar esas barreras e interesarse por el otro, sin importar la naturaleza de la institución”. “Eso es instrumental y no esencial”, evaluó.
Long remarcó que es un hecho importante para el país que haya una nueva Facultad de Ingeniería: “3500 metros cuadrados, 500 estudiantes con posibilidades futuras de llegar a 1.000: son cifras significativas para el Uruguay”. Opinó que “el país de la calidad y la excelencia es posible”, y que el parque tecnológico, al contar con espacios dedicados al desarrollo de la ciencia, genera componentes que contribuyen a eso.
En cuanto a lo que representa para el Latu la instalación de esta facultad, dijo que es fundamental para el parque tecnológico, porque uno de los modelos de referencia es el centro Silicon Valley, ubicado en California, Estados Unidos, que es sede de muchas empresas de tecnología. Por eso, para Long, los parques tecnológicos deben tener una serie de componentes combinados: laboratorios, centros de investigación, incubadoras, centros de divulgación de la ciencia y un componente educativo importante. “Hoy en día tenemos un centro de UTU, las oficinas centrales de Utec, y ahora una universidad de primera línea”, valoró.
Además, el presidente del Latu remarcó la influencia que tendrá en los estudiantes encontrarse en un parque tecnológico, porque la interacción con investigadores, profesores, y emprendedores “ayuda a que el semillero crezca” y a que las iniciativas que nazcan allí tengan más probabilidad de éxito. A su entender, será como “una fertilización cruzada”, en la que se tiene “objetivos similares pero que se desarrolla en áreas complementarias; una sinergia”, añadió.
Según Long, las instalaciones del Latu influirán de forma fructífera en los estudiantes, porque de manera formal o informal recibirán aprendizajes y sugerencias de otra gente, “un enriquecimiento que se ha visto en otros países y ahora tenemos la oportunidad de recrearlo en el nuestro”, dijo.
Fuente: Sala de Redacción de la Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República).
Presentación del libro «Éramos tres niños perdidos en la niebla», de Ruperto Long, en el International College. Viernes 14 de enero, a las 19 horas, en Punta del Este. Entrada libre, pero es imprescindible confirmar la asistencia al siguiente correo electrónico: mkt@ic.edu.uy La confirmación de la asistencia se debe a que se estableció un aforo por razones sanitarias.